viernes, 30 de septiembre de 2011

Promesas Incumplidas. Capítulo 11

Capítulo 11.

POV Xavier.

Mi padre y yo estábamos llenos de aceite. Es lo que tenía este oficio. Hacía ya un par de horas que había dejado a Allison en el estudio. Suponía que me llamaría si necesitaba que la recogiera pero, cuando la vi bajarse de una moto que acababa de aparcar delante de su casa, vi que alguien la había traído. Se dieron un abrazo. Apreté la llave inglesa que tenía en la mano y mi mandíbula se tensó. Más me valía no quitarle el ojo a ese. No me daba buena espina.
-¡Xavier! Ven un momento.-Allison se  había dado cuenta de que estaba allí. Me acerqué sin muchas ganas a ellos.
-Soy Lucas.-Me tendió la mano. Se la estreché con fuerza y él me devolvió el mismo apretón.
-Xavier, como ya sabrás.-Dije seco.
-Lucas y yo nos conocemos desde que éramos pequeños, somos grandes amigos. Me ha traído él. Le encontré dando una vuelta cerca del estudio.-Me explicó.
-Ajá.-Asentí no muy convencido.
-Creo que me tengo que ir chicos. Ya nos vemos.-Se despidió de nosotros montándose en la moto.
Una vez se marchó, mi postura se relajó. Miré a Allison y vi que me miraba con el ceño fruncido.
-¿Qué ha pasado aquí?
-Nada. Solo he conocido a tu amigo.-Me encogí de hombros.
-¿Estabas celoso?-Enrolló sus brazos alrededor de mi cuello.
-¿Yo, celoso? Que va.-Y después de varias horas sin hacerlo, la besé. 

POV Allison.

-Allison, si no te estás quieta no puedo hacer esto.-Volvió a repetirme.
-Perdona.-Suspiré inquieta y a la vez emocionada.
Xavier me había propuesto hacerme un retrato. Hacía ya bastante tiempo que llevaba quieta en la parte trasera de su furgoneta y me estaba dando un calambre en la pierna de no moverme. Sin remediarlo, tuve que estirarla y acabé moviéndome.
-Ais.-Dejó el lápiz a un lado y me miró con las cejas levantadas.
-Creo que no vas a conseguir que me esté quieta.
-Yo también lo creo. Aunque a lo mejor puedo terminarlo con lo que tengo.-Cerró el cuaderno y saltó fuera de su furgoneta de una forma muy ágil. Se cruzó de brazos y esperó a que me uniera a él.
-¿Y bien?-Me coloqué a su lado.
-Llevas todo el rato inquieta, algo querrás hacer, ¿no? Estoy a tu disposición.
-¿De verdad?-La verdad que me apetecía bastante hacer cualquier locura.
-Sí pero, sin fines maléficos, que nos conocemos.-Me advirtió aguantándose una carcajada.
Empecé a correr hacia los árboles. No tenía un plan, no tenía rumbo, no tenía ninguna idea de lo que hacer. Solo quería vivir el momento. Saltar, correr, gritar, lo que hiciera falta. Me sentí bien, ¡qué digo bien! Genial. Xavier me alcanzó y me hizo un gesto como para que lo alcanzara. A los pocos segundos me llevaba bastante ventaja pero, me solté la melena y corrí todo lo que pude. Llegamos a unas grandes piedras, cerca del camino que tomamos para ir al lago. Xavier se apoyó en una y respiró profundamente. Yo seguí dando un par de vueltas más antes de parar.
-Me vas a matar. Estoy mayor para esto.-Dijo en broma mientras se sentaba en una de las rocas bajas que había.
Subí a su lado y le puse los brazos alrededor de su cuello apoyando la cabeza en su hombro. Cerré los ojos y me concentré en sentir cada ápice de su cuerpo junto al mío. Su mano en mi cuello, acariciándome suavemente. Su espalda en mi pecho, su nariz en mi mejilla… Empecé a producir demasiada saliva, iba a decir algo, algo que me moría por expresar, soltarlo a los 4 vientos, y me ponía nerviosa a la vez. Acerqué mi boca a su oreja y abrí los ojos para ver su reacción.
-Xavier…-Un leve sonido que hizo me dejó ver que me estaba prestando atención.-Te quiero, ¿vale?
El silencio nos envolvió. Me preocupaba haberme precipitado al decir aquellas palabras. Puede que no estuviera preparado para oírlas o ser consciente de lo que significaba pero entonces, se giró. Vi la sonrisa más enorme en su casa y cómo le centelleaban los ojos. Me pasó la mano por el pelo con delicadeza, aproximó sus labios a los míos, y perdí mi sentido común.
-Yo también te quiero Allison Moore.-Sus palabras resonaron en mi cabeza durante segundos después.
-No sé si creerte.
-¿No me crees?-Me encogí de hombros retándole mientras me mordía el labio reprimiendo una sonrisa.-Te lo demostraré. Si no me crees después de esto, me suicidaré, te aviso.
Subió las rocas hasta llegar a la más alta. Le miré sin saber lo que iba a hacer. Retrocedí varios pasos para poder verle mejor.
-¿Qué haces? ¿Estás loco? ¡Baja de ahí!-Le apremié.
-No hasta que diga algo.
Se acercó al borde de la roca puso sus manos alrededor de la boca y…
-¡Quiero a Allison Moore! ¿Me oís? ¡La quiero!-Gritó con todas sus fuerzas. Un leve eco me devolvió aquellas palabras que tanto me habían llenado.
Una vez hecho, empezó a descender las rocas y cuando hubo llegado al suelo me abalancé sobre él. Dio varias vueltas conmigo en el aire y luego me dejó con cuidado con los pies en la tierra. Volvía a notar mis ojos enrojecidos, a punto de colmarse de lágrimas.
-¿Suficientemente creíble para ti?-Susurró antes de darme un beso en el cuello que me hizo estremecer.
Agarré los pliegues de su camiseta y lo acerqué a mí. Aspiré su aroma mientras mis labios memorizaban cada milímetro de los suyos. Su lengua se abrió paso entre mi boca. Encontró la mía y ambas danzaron en nuestras bocas de una forma increíblemente mágica.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Promesas Incumplidas. Capítulo 10

Capítulo 10.

POV Allison.

Las mariposas que alguna vez tuve en mi estómago dieron lugar a grandes apisonadoras golpeándome fuertemente. Estaba en el octavo cielo, o noveno, puede que incluso, décimo. La vuelta en su furgoneta hasta casa se me hizo demasiado corta. Caminé con pasos lentos hacia mi casa. Sabía que Xavier venía justo detrás, a apenas unos centímetros de mí. Entonces, algo me llamó la atención. Un papel algo arrugado estaba pegado con una tira de papel de celo a la puerta de casa. Reconocí la letra de mi madre al instante. 
-“Allison tu padre y yo tenemos que pasar la noche fuera, cosas del trabajo, ya sabes. Pórtate bien”.-Leí en voz baja pero lo suficiente como para que Xavier que se había quedado delante de las escaleras de mi porche, subiera a ver qué pasaba. Me encogí de hombros y tomó la nota de mi mano. Unos segundos después la había leído.
Ya había abierto la puerta de mi casa y dejado el bolso en el suelo. Miré  a Xavier con cara de resignación y me apoyé en el marco de la puerta. Solté un sonoro suspiro.
-¿Me permites?-Dijo intentando entrar en mi casa. Le dejé pasar sin saber qué pretendía hacer. Lo vi echar un ojo al piso de abajo. Luego se dirigió al salón y se tumbó en uno de los anchos sofás tapizados de mi padre.
-¿Qué haces?-Me acerqué a él. Estaba tumbado boca arriba, con una pierna puesta en la moqueta.
-Tú no duermes sola.
-¿Cómo? Xavier he pasado muchas noches sola, no me pasará nada.-Le dije intentando convencerle.
-Me da igual. No y punto.-Sentenció la conversación.
-Bueno, al menos si voy a tenerte de inquilino, ¿podrías dormir en uno de los dormitorios de arriba?
-Mmm, me gusta el sofá gracias.-Se giró hacia el otro lado.
-No te vas a quedar en el sofá Xavier. Tenemos camas de sobra, venga, muévete.-Lo cogí del brazo para levantarlo pero no pude con él.
-Está bien, está bien. Ya sé qué te pasa.-Sonrió.
-¿Qué me pasa?-Su sonrisa me dio miedo.
-Sí. Allison, si quieres dormir conmigo aquí, solo tienes que decirlo, es tu casa.-Y su mano tomó la mía y me hizo caer en el sofá junto a él.
Nos quedamos un rato sin movernos. Notaba su mano sujetándome con firmeza para que no cayera del sofá. Claro que me hubiera gustado pasar la noche así con él pero, no le iba a hacer esto tan fácil. Aparté su mano y me levanté. Me miró confundido y yo me limité a sonreírle con malicia.
-Lo siento pero más quisieras tú eso.-Le guiñé un ojo y fui hacia las escaleras. Desde allí vi que se había puesto un brazo tapándole los ojos y, que debajo de él, asomaba una gran sonrisa.
Subí a mi habitación y me tiré en la cama. Pasó un buen rato hasta que pude conciliar el sueño. Lo último que recuerdo antes de cerrar los ojos, fue que una pequeña hoja, se coló por mi ventana atrapada en una corriente de aire.

POV Xavier.

Xavier, Xavier. Aquella dulce voz no paraba de repetir mi nombre. ¿Qué estaba soñando? Espera, ¿seguía dormido? Mis ojos se abrieron poco a poco. Primero se habituaron a la luz que entraba por las cortinas y luego enfocó a la chica de la que procedía la voz. Allison sonreía desde el respaldo del sofá. Llevaba el pelo recogido en una cola alta y un pequeño reloj colgaba de su delgada muñeca.
-Buenos días dormilón.-Me dijo.
-Y tan buenos.-La miré divertido. Noté cómo sus mejillas adoptaban ese tono rosado tan característico suyo.
-He hecho el desayuno. Creo que ya va siendo hora de que te levantes.-Desapareció de mi vista.
Me incorporé en el sofá y bostecé. Las 10:13, tampoco era tan tarde. Cogí el móvil de la mesa de madera que residía en el centro del salón. Anoche le había mandado un mensaje a mi madre para decirle que pasaría la noche en casa de Allison. Ya sé que vivimos a 10 metros pero preferí hacerlo por mensaje. No pareció muy contenta con mi localización pero, no se negó a que me quedara. Anduve sin saber bien dónde se encontraba Allison hasta que la encontré en la cocina. Llevaba unos pantalones anchos y una sudadera puestos y mientras, comía de un bol que supuse tendría cereales. Me hizo un gesto con la cabeza para que me uniera a ella.
-Ricos y saludables cereales.-Llené uno de los boles vacíos que había en la encimera y me senté a desayunar a su lado.- ¿Vas a alguna parte?
-Esperaba ir al estudio de baile que está cerca de donde vive Lucy. Llevo yendo desde que tengo memoria. Mis padres me apuntaron de pequeña y me paso casi todos los días allí. Este verano no me he pasado mucho, así que me gustaría ir hoy y ensayar un poco pero, mi padre no aparece.-Hizo una mueca.
-Te llevo yo. No hay problema.-Le sugerí mientras mordisqueaba un trozo de cereal que se había quedado en la cuchara.
-Xavier, voy a ser una carga para ti como sigas encargándote de mis problemas.-Se rió.
-¿Carga tú? Ya, claro. Entonces te llevo.-Apuré lo que quedaba de mi desayuno y me levanté del taburete.-Me cambio y vengo. Así que estate preparada.
Llamé a mi casa. Mi madre tardó en abrir. Me echó una mirada de arriba abajo y me dejó pasar.
-¿Qué tal lo has pasado?
-Bien, algo dolorido del sofá pero bien. Voy a cambiarme, tengo que llevar a Allison a una cosa en el pueblo, ¿vale?
-Está bien.-Refunfuñó. –Pero la dejas y te vuelves, ¿vale? Tu padre necesita ayuda. –Asentí, le di un beso en la mejilla  y fui a mi habitación corriendo a cambiarme.
Una vez listo, me monté en mi furgoneta y toqué el claxon para que Allison supiera que la esperaba fuera. Segundos más tarde salió de su casa y vino corriendo con una bolsa colgada del hombro. Supuse que sería ropa para cambiarse.
-Vámonos.-Y el motor de mi furgoneta rugió.
Tras un pequeño “rodeo” llegamos al estudio de baile. Aparqué justo en frente. Era un edificio bastante grande, al menos lo que se veía desde fuera. En las paredes había grafitis de chicos bailando. Multitud de colores se mezclaban en ellos.
-Gracias por traerme.-Me dio un beso en la mejilla y salió corriendo hacia dentro del estudio. Volví a mirar los dibujos de las paredes. Luego dibujaría algo, o más bien a alguien.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Promesas Incumplidas. Capítulo 9.

Capítulo 9.

POV Allison.

-Lucy, date prisa, no sé cuándo va a llegar.-Le apresuré.
-Ya voy, ya voy. Me gusta este.-Llevábamos como media hora eligiendo algo decente que ponerme esa noche.
Lucy se había decidido por un vestido blanco veraniego, por la mitad del muslo y sin tirantas. Tenía un pequeño cinturón marrón que se ataba a la cintura y combinaba perfectamente con unas sandalias que había comprado hace poco. Le di el visto bueno y me vestí en escasos segundos. Lucy me ayudó a pintarme. Le encantaba hacerlo porque decía que ella me pintaba de forma que quedara más natural. Decidí dejarme el pelo suelto, solo añadí unas pequeñas ondas con la plancha y ya estaba lista.
-Estás increíble. Creo que me he enamorado.
-Exagerada.-La abracé.
-Esto…tengo que irme yendo, tú quédate aquí y espera a que el chico venga con su noble corcel y te haga bajar por la ventana.
-Tú eres tonta.
-No más que tú.-Me sacó la lengua y se marchó.
Esperé impaciente dando vueltas por mi habitación. Al cabo de unos 15 minutos, oí ruidos en mi ventana. Alguien estaba arrojando algo contra el cristal. Abrí el pestillo de mi ventana y vi a Xavier abajo con una gran sonrisa.
-Princesa, salte por la ventana, mi raudo corcel y yo la cogeremos.
-Estás loco. Voy para abajo.-Bajé con una sonrisa tonta en la cara. Seguro que Lucy había hablado con él. “La mato”. Giré las llaves y la puerta se abrió y ahí estaba él con un enorme ramo de rosas rojas. Mis flores favoritas.
-Oh, dios mío. Son preciosas.-Le cogí el ramo.
-No tanto como tú.
Dejé el ramo en un florero que tenía vacío en el salón y les dejé un poco de agua. Luego salí corriendo hacia la puerta y abracé a Xavier con todas mis fuerzas. En solo dos días me había hecho más feliz que Sam en estos años.  Nos montamos en su camioneta. El cielo estaba cubierto de estrellas. Me encantaba no vivir en una ciudad, sino me estaría perdiendo este gran espectáculo digno de ver todas las noches. Miré por el rabillo del ojo a Xavier. Estaba absorto mirando la carretera.
-¿A dónde me llevas?
-Es una sorpresa.-Sonrió de pronto.
-Dímelo.-Refunfuñé.
-No.
De pronto, paró el coche. Me miró y sacó una cosa de la guantera. Un pañuelo. Lo envolvió alrededor de mis ojos y lo ató a la parte trasera de mi cabeza para que no viera nada.
-¿Ves algo?-Le oí preguntar.
-Ah, ah. Nada de nada.-Sentencié y me crucé de brazos.
Esperaba que arrancara la furgoneta pero, antes de eso, sentí su mano en mi cuello y luego sus labios sellaron los míos con un beso. Luego oí el ruido del motor arrancando y nos movimos.

POV Xavier.

-Cuidado. Allison,  sino me dejas guiarte te vas a matar.-Le dije mientras le sujetaba el brazo.
-Pues quítame la venda.-Intentó negociar.
-Pues mira…no. ¿Me permites?
-¿Si te permito qué?-Antes de que acabara la frase ya la había cogido en brazos. Sus brazos rodearon mi cuello con firmeza y mi corazón dio un vuelco por tenerla tan cerca.
Apenas andamos unos metros y ya habíamos llegado. Dejé a Allison con cuidado en el suelo, aunque ya tenía los pies en tierra, no me soltó.
-Alli, ya hemos llegado.-Le hice saber.
-Lo sé.-Sonrió mientras se quitaba la venda. La sujeté por los hombros y la fui girando para que viera poco a poco la sorpresa. Observé su reacción. Primero abrió la boca sorprendida, luego recorrió con los ojos hasta el más mínimo detalle, esbozo de nuevo una gran sonrisa y se volvió hacia mí. Vi que tenía los ojos llorosos y que estaba a punto de llorar.
-Hey no, de llorar nada, ¿eh? Anda, ven aquí.-La volví a abrazar esta vez con todas mis fuerzas y le di un beso en la frente para que se calmara.
-No sé qué decir. Es que, es precioso Xavier. Muchas gracias de verdad.
-Vamos a dar una vuelta.-Le tendí mi mano.

POV Allison.

Era un sueño. Tenía que serlo. ¿Cómo alguien podía preparar algo así? Delante de mí se extendía uno de los cientos de lagos que rodeaban la zona. Una barca con un farol nos esperaba al final del viejo puente de madera sobre el que estábamos.  Xavier entró primero y me tendió la mano. Con cuidado, bajé a la inestable barca.
-Muy bien, vámonos.-Cogió los remos que habían a ambos lados y empezó a remar. Llegamos a la mitad de aquellas tranquilas aguas y nos quedamos un rato en silencio. Me sentía como en una nube.  Metí mi mano en las frías aguas y creé un rastro de ondas continuas que parecían no tener fin. Xavier se sentó en el húmedo suelo que estaba delante de mí y me cogió las manos. El pulso se me aceleró.  Murmuró algo en bajito y me miró sonriente.
-Entonces, ¿sí o sí?-Me preguntó cómo se lo hubiera oído.
-¿Sí a qué?
-A lo que te he preguntado. Y contéstame.
-Si no me he enterado.-Respondí .
-¿Sí o sí?-Volvió a repetir mirando hacia un lado.
-¡Sí!-Terminé diciendo.-¿Me dices a qué he dicho sí?
-A salir conmigo y aguantarme siempre.-El alma se me cayó a los pies, volví a notar lágrimas en los ojos. Me agaché a su lado y le besé. Le besé como si no hubiera mañana.  Él me correspondió con un largo y apasionado beso que esperé, no tuviera final.

martes, 20 de septiembre de 2011

Promesas Incumplidas. Capítulo 8.

Capítulo 8.

Buenos días princesa. POV Xavier.

Había visto las 4 de la mañana en mi reloj antes de poder dormirme. No podía dejar de pensar en Allison. La tenía apenas unos metros de mí, durmiendo plácidamente o inquieta como yo, ¿quién sabe? Solo quería estar con ella. Volver a abrazarla, a besarla. Ver cómo sonreía y se le encendían las mejillas. Mañana volvería a verla. Con ese pensamiento conseguí dormirme.
-¡Xav! Despierta muchacho.-La voz de mi padre me sacó de mis sueños. Medio grogui, bajé las escaleras con lo primero que cogí, unas bermudas, ni me molesté en ponerme una camiseta. Mi madre volvía a estar en la cocina con sus quehaceres. No tenía mucha hambre así que no tomé nada para desayunar. Supuse que luego cuando me sonara el estómago me arrepentiría pero bueno. Salí fuera de casa. Hacía un día increíble.
El sol estaba más grande que nunca. El pequeño lago estaba habitado por nuevos inquilinos. Unos patos nadaban despreocupados por él. Algunas niñas jugaban a la comba cerca de sus casas mientras varios pájaros cantaban en las ramas cercanas de un árbol.
-¡Xavier!-Mi padre volvió a llamarme algo más sofocado. Me di la vuelta y le vi con una chica. Llevaba el pelo suelto formándole unas ondas que le caían sobre los hombros. Sus ojos color miel, centelleaban y sonreía sin abrir apenas la boca. Mi padre se marchó dentro dándome una palmadita en el hombro y me quedé con la chica a solas.
-Tú debes de ser Xavier, ¿no?-Dijo. Pude ver que llevaba aparatos, pero tenía una sonrisa preciosa.
-Sí. Soy Lucy. La amiga de Allison.-Extendió la mano  y yo se la estreché.
-Ah sí, me ha hablado mucho de ti.-Recordé cuando nos escapamos al pueblo. Estuvimos hablando de muchas cosas, entre ellas recuerdo el nombre de Lucy.
Se quedó un rato mirándome fijamente. Me empecé a poner nervioso. Parecía simpática y todo eso, pero aquella mirada me aterraba.
-Uf, no sabes cuánto me alegro que Alli cortara con Sam.-Dijo por fin con un suspiro. Asentí pensando que ahora estaba conmigo y una sonrisa volvió a asomar en mi cara.-Menos mal que ha elegido bien esta vez. Pareces simpatiquillo.
-Gracias, yo…¿cómo sabes qué Allison y yo?-Confundido le pregunté.
-Me lo ha contado bajo amenaza de muerte jajaja.-Me dijo riéndose.-No te preocupes, no lo diré por ahí, ¿eh? Soy buena guardando secretos.
-Puedes decírselo a quien quieras, no es ningún secreto.-Le dije tranquilo.
-Definitivamente, ha elegido bien.-Sentenció.

POV Allison.

¿Pero dónde se metía esta chica? Eran ya pasadas las 12 y media y no aparecía por ningún sitio. No sabía si llamarla a su móvil, porque casi nunca lo tenía encendido. Me tumbé en la cama y encendí mi Ipod. Los cascos ocuparon su lugar habitual y la música empezó a sonar. Sin darme cuenta, me quedé dormida. Unas risas provenientes de fuera me despertaron. Mi Ipod había “muerto”
-Maldita batería.-Saqué el cargador y lo enchufé rápidamente.
Las 13:26. Bajé las escaleras. Mi casa estaba sumida en un silencio sepulcral. Como Lucy no aparecía, decidí salir a que me diera el aire. Apenas hube cruzado el porche, unos brazos me rodearon. Supuse que sería Lucy pero, no fue así. Xavier. Una sonrisa asomó en mi cara cuando giré sobre mí y le vi allí. Estaba guapísimo como siempre.
-Buenos días princesa.
-Buenos días tonto.-Me reí y me dio un pequeño beso en la mejilla.
-Ejem, ¿y yo qué?
-¡Lucy! ¿Dónde estabas? Estuve esperándote un buen rato arriba.
-Estuve aquí con tu novio Xav. Nos llevamos bastante bien.-Xavier asintió y le dio un pequeño coscorrón a Lucy en la cabeza.  ¿Novio? ¿Por qué me sorprendo? Es lo que somos, ¿no? Bueno, no lo hemos hablado ni nada pero…de pronto un lío se formó en mi cabeza.
-Allison, ¿te pasa algo?-Xavier se acercó y me miró preocupado.
-No, no. Es que acabo de despertarme, me quedé dormida. Es solo eso.
-Dormilona.-Se sentó al lado de Lucy y me tendió la mano para que hiciera lo mismo. Se la di y me llevó hasta sus piernas. Volvió a rodearme con sus brazos y apoyó su cabeza junto a la mía. Aproveché cada instante con él. No tenía por qué tener dudas. Los dos sentíamos lo mismo, saltaba a la vista.
Cuando quisimos darnos cuenta, ya se había pasado la hora de comer. Xavier se despidió y fue a almorzar a su casa, mientras Lucy y yo íbamos a la mía. Ya que mi padre no estaban, para variar. Hicimos las dos la comida. Una ensalada nos sentaría bien. Mientras comíamos en la mesa del salón, Lucy me miraba de forma rara.
-¿Tengo lechuga en la cara o qué?-Bromeé.
-Es que no sé, te he notado algo rara antes con Xavier, al menos cuando saliste de casa y eso.-Dijo mientras se metía un trozo de la ensalada en la boca.
-Ha sido una tontería. Ya sabes de mis prontos.-Le quité importancia.
-Pues cuéntame que te quita el apetito con ese bombón nena.-Se rió.
-Nada, solo que se me pasó por la cabeza que, bueno…que no sabía dónde estaba con Xavier. A ver, no en el sentido literal. ¿Entiendes?
-Que no te ha dicho oficialmente de salir vamos.-Lo tradujo.
-Exacto pero, ya lo he olvidado. Sé que le gusto.-Dije segura.
-No hay más que verlo chica suertuda.
Terminamos de almorzar. Limpiamos y recogimos todo para que cuando volvieran mis padres no tuvieran queja alguna. Subimos a mi habitación y recordé que había dejado la mochila en el armario. “La cámara” Lucy se acomodó en mi cama como solía hacer y se puso a ojear algunas revistas de moda que tenía desperdigadas por mi mesa. Encendí mi ordenador portátil y conecté la cámara. Las fotos no tardaron mucho en pasarse. Las ojeé. Había una de una flor que me gustaba bastante y la de una telaraña que había entre unas rocas. Seguí pasando y me encontré con la foto que le hice a Xavier.
-Dios mío.-Suspiré. Realmente es guapísimo este chico. Sus ojos se veían atentos al paisaje, y una sonrisa iluminaba su rostro.
-¡La madre! ¿Por qué yo no tengo novios así de guapos?-Bufó Lucy a apenas unos centímetros de mi oreja mientras observaba la foto con atención.
Pasé a la siguiente y vi la foto que nos habíamos hecho los dos. Me gustaba, me gustaba mucho. Me entraron unas ganas horribles de que fuera ya por la noche para verle. Lucy carraspeó y la vi hacer un gesto como de que se me caía la baba. Ambas reímos y volvió a su “trono” a leer. Mientras, pulsé el botón derecho e hice click.
“Fondo de pantalla guardado”.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Promesas Incumplidas. Capítulo 7

Capítulo 7.

Bésame.  POV Xavier.

Por unos momentos todo pareció detenerse. No se oía nada aparte de nuestras respiraciones. Coloqué con delicadeza mis manos a ambos lados de su cara y terminé con esa maldita distancia. Sus labios dieron con los míos en un beso dulce y cálido. Aquello me quemaba por dentro. Allison puso sus manos alrededor de mi cuello y aumentó la intensidad de aquel beso. Mis manos bajaron hasta su cintura e hice que nos pegáramos más. Todo mi cuerpo gritaba Allison por dentro.

POV Allison.

Tenía que ser un sueño. Le estaba besando por fin. Noté cómo se ponía mi piel de gallina cuando sus manos rozaron mi cintura. Y nos besamos. Nos besamos durante minutos, horas, no lo sé pero, fue la mejor experiencia de mi vida, eso estaba realmente claro. Estaba enamorada de ese chico. Locamente enamorada. Xavier me besó apasionadamente una última vez y me separó despacio. Estábamos mojados. Volvía a hacer frío pero nos daba igual.
Abrí los ojos lentamente y le vi allí sonriéndome con su sonrisa que podía llegar a ser mortal a veces. Me contagió y me mordí el labio para reprimir la mía. Me besó la frente y me dio un abrazo que dejó sin aliento.
Pip-Pip. Pip-Pip. Mierda, era mi móvil. Xavier y yo salimos del agua. Abrí mi mochila y saqué el móvil. Un mensaje de mi madre: Llegaremos en 2 horas. Te veo en casa.
-¿Dos horas?-Grité.
-¿Qué pasa? ¿Tu madre?
-Dice que llegará a mi casa en dos horas, tenemos que irnos YA.-Le dije mientras sacaba una pequeña toalla que había traído y me secaba.
Después de vestirnos y estar medio secos, retrocedimos los pasos hechos y volvimos a dirigirnos a casa. Esta vez procuramos darnos más prisas. No nos paramos ni entretuvimos con nada. Aun así, Xavier no me soltó la mano en ningún momento. Todavía estaba conmocionada por lo que había pasado hacía unas horas. Lucy. Como le contara esto me iba a acribillar a preguntas, estaba segura, pero me daba igual. Estaba con Xavier, Sam se había ido…¿qué más podía pedir?
-Por los pelos. Hemos llegado en tiempo récord.-Dijo Xavier satisfecho.
-Tampoco te motives mucho, ¿eh? Eso lo hace cualquiera.-Le piqué.
-Ya, claro. Pues que te beso cualquiera, que seguro que también puede hacerlo.
Abrí la boca medio sorprendida y conteniendo una risa. Me la había devuelto bien. Él se echó a reír y me colocó un mechón de pelo detrás de la oreja. Posó sus labios de nuevo junto a los míos y otra vez perdí la noción del tiempo y de todo lo que pasaba a mí alrededor.  Mi cabeza daba vueltas cada vez que lo tenía cerca.
-Tengo que irme. Llevo desaparecido todo el día por tu culpa. Mi madre me estará echando de menos.
-Vale. Hasta pronto.-Me despedí de él dirigiéndome a mi casa.
Saqué las llaves de mi bolsillo  y abrí la puerta. Cogí la mochila del suelo y fui a entrar cuando su voz me detuvo.
-¡Allison! ¿Te veo mañana por la noche?-Gritó desde su porche sonriendo.
-¡Claro!-Y entré en casa.
Corrí escaleras arriba una vez cerré la puerta y fui a mi habitación. Dejé la mochila en mi cama y marqué el número de Lucy. Apenas tardó unos segundos en cogerlo, seguro que llevaba esperando mi llamada desde hace tiempo.
-¡Ya estás contando!
-¿Sabes quién es Xavier Martin mi nuevo vecino?-Le pregunté.
-Mmm cuando fui a tu casa esta mañana me pareció ver alguien en la casa de al lado pero bueno, ¿qué ha pasado?
-Nos hemos besado y, bueno…-Dije algo avergonzada.
-¡AAAAAH!-Lucy empezó a dar gritos de alegría y yo me reí nerviosa.-Me paso mañana por la mañana, a ver si lo conozco.
-Cuando quieras. Hemos quedado por la noche.
-Oye, que no abuse de tu tiempo, ¿eh? Voy a tener que hablar con él para dividirnos tus turnos de visita.-Nos reímos.
-A sus órdenes señorita. Te quiero mucho, te he echado de menos.-Le dije poniéndome sentimental.
-Ais, eres lo más bonito del mundo Alli. Te veo mañana, te quiero.
Y colgamos a la vez. Me tumbé en mi cama y cerré los ojos. Mi corazón volvió a acelerarse cuando recordé la tarde con Xavier. En un día mi vida había cambiado completamente, sí, pero a mejor, al menos de momento.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Promesas Incumplidas. Capítulo 6.

Capítulo 6.

Enamorada hasta las trancas. POV Allison.

Retomamos la marcha poco tiempo después de tomar varias fotos. El viento que se había levantado hacía apenas escasos minutos que mecía las pequeñas y frágiles hojas de los árboles cesó. El sol empezó a pegar un foco y el calor se hizo algo sofocante pero, eso no nos detuvo. Xavier me seguía a buen ritmo. No tardaríamos en llegar. Ya casi lo veía, solo faltaba bajar unas pequeñas rocas y cruzar unos metros entre los altos árboles. Xavier bajó primero sin mucha dificultad. A mí nunca me lo había supuesto pero esta vez, alguien parecía que me nombraba por alguna parte. Mi suela de la zapatilla derecha resbaló en la superficie mohosa de la roca haciéndome perder el equilibrio y precipitarme al suelo. Salvo por un pequeño detalle.
Las manos de Xavier me cogieron rápidamente por la cintura y quedé completamente pegada a él. Entre el susto que me había llevado y la situación en la que estaba notaba el corazón a punto de salírseme por la boca. Sentí un fuerte mareo cuando me levantó la barbilla con la mano y me miró con aquellos ojos tan profundos.
-¿Estás bien?-Me limité a asentir y me soltó despacio de su agarre. Seguí por delante de él, no quería que me viera adquiriendo un color similar al de un tomate.
Oía sus pasos cercanos y eso me hacía avanzar más deprisa. Sin darme cuenta, ya había llegado  a nuestro destino. Sonreí al ver todo aquello. Conocía este sitio a la perfección. Una vez de pequeña me había perdido cuando iba con mi hermano mayor, Charlie. Lo recuerdo todo muy bien, aunque ahora me fijo más en los detalles de aquel día.
“Hacía mucho frío. Las sombras de los árboles parecían hombres encapuchados que querían capturarme y llevarme a sus  mazmorras. Salí corriendo en una dirección aleatoria. Mis pequeñas zapatillas me hacían daño. Terminé tropezando cuando salí a un claro oscuro. En el centro, un gran lago iluminado por los últimos rayos moribundos del sol. Varios pájaros cantaban sus propias sinfonías ajenas a mí entendimiento. De pronto, todo me pareció distinto. Se me hizo agradable estar allí, con aquellas flores que olían tan bien y esa preciosa agua cristalina. Jugueteé con todo lo que encontré a mi paso. Al final, mi hermano ayudado de mis padres dieron conmigo cuando cayó la noche. Estaba empapada de los pies a la cabeza por haberme bañado en el agua. Tiritaba de frío y estaba segura de que había cogido un resfriado pero aquello me sirvió para despertar una nueva persona dentro de mí”.
Parpadeé haciéndome volver al presente, con Xavier, quien se encontraba examinando el paisaje. Sabía que le gustaba dibujar y esto era genial para pintarlo. Me acerqué al lago y me quité las zapatillas para sentir el agua entre mis dedos. Miré a Xavier que seguía absorto en su mundo y sonreí. Me estaba muriendo ganas de hacer la idea que se me acababa de pasar por mi mente.

POV Xavier.

Allison se había puesto bastante nerviosa cuando la libré de su caída. Podía notarlo. Avanzó rápidamente delante de mí e intenté alcanzarla. Cuando estaba a punto de agarrarla salimos a aquel maravilloso sitio. Mis ojos vagaban de un sitio a otro sin poder detenerse más de dos segundos a contemplar una cosa en concreto. Los árboles, las flores, las montañas lejanas, el lago…todo parecía formar parte de un cuento de hadas. Pensé en cómo sería dibujar todo este sitio. Me imaginé tumbado mientras apoyaba mi espalda en uno de esos robustos troncos. En mis manos, mi cuaderno y mi lápiz dibujando sin cesar. Algún día lo haré.
Alguien pasó a mi lado y me hizo dejar de soñar despierto. Allison.
-¿Pero se puede saber qué…?-Ahora era yo el que estaba nervioso. ¿Por qué se estaba quitando la ropa?
-¿Qué? Vamos a darnos un baño en el lago.-Sonrió, aunque yo seguía embobado.- Tranquilo héroe, llevo un bikini debajo.-Aparté la vista e intenté no ser tan descarado mirándola.
-¿Y cómo pretendes que yo me bañe si no tengo bañador, chica inteligente?
-Pues con la ropa.-Se encogió de hombros tan tranquila.
Su imagen en bikini me dejó K.O.  Tenía un cuerpo estilizado, buenas curvas…y encima llevaba ese bikini rosa que resaltaba con su tono de piel. Debí quedarme demasiado tiempo mirándola porque apartó la vista. “En fin, de perdidos al río” En este caso, lago. Me quité la camiseta y fui el primero en tirarse al agua sin pensármelo dos veces. Cuando salí a la superficie oí la risa de Allison. Cogió carrerilla y se zambulló cerca de donde estaba yo. Me cubrí la cara con las manos para evitar que las gotas que habían salido disparadas al sumergirse me golpearan en  la cara.
Los rayos del sol que se reflejaban en la superficie dieron a mi piel un tono dorado que pocas veces había visto. Noté que algo me agarraba la pierna. Di un respingo y Allison apareció de nuevo riéndose.
-Te he asustado caballero valiente.-Se mofó.
-No me has asustado. Es que tengo un tic en la pierna. No te rías de mis defectos.
Ambos nos echamos a reír y seguimos haciendo el idiota un poco más. Allison empezó a salpicarme fuertemente y yo tuve que devolvérsela, aunque se metía debajo del agua para librarse. Una de las  veces que me sumergí, abrí los ojos. El fondo del lago estaba cubierto de arenilla y pequeñas piedras. Seguramente algunos peces o similares nadaban por debajo de nosotros a sus anchas, aunque con tanto ruido que estábamos armando, me extrañaba. Estarían en el punto más alejado del lago en todo caso. Volví a emerger y se me puso la piel de gallina. Una brisa empezó a correr y al estar mojados, sentíamos más frío. Allison salió un poco después que yo. No pude evitar volver a reír. Tenía todo el pelo delante de la cara, parecía el tío cosa después de un baño.
-Tío cosa, ¡cuánto tiempo!
-Pipurirupi.
-¡Qué bien lo imitas chica!-Se apartó un poco de pelo de la cara para que pudiera verla sacar la lengua y volvió debajo del agua. Me acerqué a dónde estaba y cuando salió con su pelo normal apenas nos separaban unos escasos centímetros.
Me perdí en aquellos ojos azules. En aquel momento, supe que era la hora. Ambos lo queríamos, lo podía notar.
Una escurridiza gota de agua le recorrió la mejilla y fue a parar a la comisura de sus carnosos labios rosados. Acerqué lentamente mi mano y se la retiré con delicadeza rozando aquellos labios por los que me estaba muriendo de ganas de besar. La distancia se fue acortando centímetro a centímetro. Ya sentía el calor que irradiaba su cuerpo. Agaché mi cabeza hasta estar a la misma altura que la de ella. Cerró los ojos y…hubo un intento silencio.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Promesas Incumplidas. Capítulo 5.

Capítulo 5.

Click. POV Allison.

No había pegado ojo en toda la noche. Mis párpados se cerraban presa del sueño pero no, tenía que hacerlo. Ahora.  Metí mis manos debajo del grifo de mi cuarto de baño y las llené de agua. Lavé bien mi cara y me cepillé el pelo a conciencia. Abrí mi armario. No le iba a dar muchas vueltas. Cogí unos pitillos vaqueros y una camiseta con el hombro descubierto.
Tocaba esperar. Los segundos se me hicieron minutos, y los minutos horas pero, por fin, sonó el timbre. Bajé corriendo las escaleras y me paré antes de abrir la puerta. Di un profundo suspiro y retomé fuerzas para hacer aquello que me proponía. Giré el picaporte lentamente.
-Hola Sam.-Hizo un gesto con la cabeza. Ni si quiera habló.
Cerré la puerta tras de mí y salí con él a mi porche.  Su lengua se notaba en su abultada mejilla izquierda. Parecía no tener muchas ganas de estar allí. “Muy bien, venga”.
-Sam, estoy harta.-Lo solté.
-Bienvenida  mi mundo nena.
-Eres un imbécil. Solo te preocupas de ti.
-Me preocupo de quien me tengo que preocupar. Tú te sabes cuidar solita, ¿no?
-Eso no tiene nada que ver. ¡Me dejaste tirada el otro día!
-Pues bien que llegaste a tu casa.-Dijo enfadado.
-No gracias a ti.-Me masajeé las sienes y volví a hablar.-Se acabó Sam.
-¿Se acabó el qué?
-Lo nuestro, si es que alguna vez hubo algo.
-¿Me estás dejando?-Asentí.-A mí nadie me deja.-Su mano me agarró fuertemente del brazo pero no me eché atrás. Le hice frente.
-Me alegra ser la primera. Así te acordarás de mí.
-Estúpida zorra. Déjame pero, que sepas que esto no queda aquí. Y ni te molestes en buscar tíos que quieran estar contigo. Eres la tía más egocéntrica, inmadura y falsa que he visto en mi vida. Hasta nunca zorrita.-Su último gesto fue un corte de mangas. Subió a su coche y se marchó. Al final, sabía que había hecho bien en no maquillarme. Las lágrimas que rodaban mis mejillas lo habían destrozado.
Era hora de llamar a Lucy, necesitaba quedar con ella lo antes posible. La señal estuvo durante varios segundos que se me hicieron eternos hasta que por fin descolgó el teléfono.
-¿Sí?
-Lucy.-Dije con voz quebrada.-Soy Alli.
-¡Allison! No sé nada de ti desde principios de verano nena. He vuelto ya. ¿Cuándo te veo?
-Esperaba que pudieras venir ahora.
-¿Qué te pasa Alli? ¿Estás llorando? ¡Sam! ¿Ha sido él? Og te juro que lo mato.-Odiaba a Sam tanto o más que yo.
-Lucy, cálmate. Es que he cortado con él.
-No puede ser. Estaré allí en nada cariño.-Colgó el teléfono y esperé que dijera la verdad. La necesitaba aquí conmigo.
Lucy vivía en unas casas del centro del pueblo. No estaba muy lejos de aquí, apenas a unos 15 minutos en coche. Gracias  a Dios, en menos de ese tiempo, estaban llamando a mi puerta. Estaba sentada en el banco de ventana que había en mi amplio salón. Corrí hacia la puerta y la abrí. Sus brazos me rodearon como hacían siempre que necesitaba consuelo y volví a llorar.
-Cariño, no estés así. Has cortado con Sam. Tendrías que estar haciendo una fiesta.-Intentaba animarme.
-Ya lo sé pero te lo he dicho, me sentí como una mierda cuando me dijo aquello.
-Allison, si fueras alguna de esas cosas que él te dijo, ¿crees que yo sería tu amiga? Sabes como soy. Y esa clase de gente la repelo, en serio. Tú eres genial Allison.-La volví a abrazar y empecé a comérmela a besos.
-Gracias Lucy, en serio. No sabes cómo te he hecho de menos.
-Lo mismo digo. Así que… ¿qué tal una tarde de chicas?-Me sugirió.
-Me encantaría pero es que, he quedado.-Noté mis mejillas arder al recordar a Xavier. También mis latidos empezaron a aumentar su frecuencia. “Relájate, es solo un chico” Pero aquellas palabras no me sirvieron de mucho consuelo, más bien sonaron como un eco insonoro que rebotaba por toda mi cabeza.
-¿Has dicho “Quedado”? ¿Con quién?-Sus ojos se estrecharon y su sonrisa se tornó maliciosa.
-No le conoces.-Intenté evadir su largo y extenso interrogatorio.
-Le. O sea que es un chico.-Abrió la boca sorprendida.- ¡Dios! Acabas de cortar con Sam y, ¿ya tienes nuevo candidato? ¡Chica!
-No es un nuevo candidato. Solo es un…amigo. Y tengo que irme, si no, llegaré tarde.-Avancé hacia la puerta y lo último que oí fue la voz de Lucy diciéndome de broma:
-¡No te quedes embarazada en la primera cita nena!-Y su sonora risa.

POV Xavier.

4:59. Había llegado 10 minutos antes al árbol caído. Tenía ganas de verla. Muchísimas. Me había puesto unas bermudas vaqueras y una camiseta negra. No sabía a donde íbamos pero, supuse que mis zapatillas vendrían bien. ¡Pi! Ya eran las 5. Oí unos pasos acercarse. Era ella. Sonreí al verla y esperé que ella hiciera lo mismo pero, vino corriendo hacia mí y me abrazó. La recibí con gusto entre mis brazos. Se sentía…genial. Se separó de mí y le vi una gran sonrisa en su rostro. Estaba preciosa.
-¿A qué viene tanta efusividad princesa?
-He roto con Sam.-Cuando oí aquellas palabras fui yo quien la abrazo.  No me podía creer aquello.  Eso significaba que podía tener una oportunidad con ella. No decía hoy pero, me daba igual esperar. Sabía que aquella chica valía la pena.-Venga, vamos. Espero que te guste a donde te llevo.
“Mientras me indiques tú el camino”. Allison iba con paso firme. Sabía a dónde iba, eso estaba claro. Llevaba una pequeña mochila abultada. ¿Qué habría dentro? Tuvimos que subir algunas rocas escarpadas pero no nos resultó algo complicado. Ya eran las 6:12 cuando llegamos a un pequeño claro.  Se veía mucha extensión de terreno desde allí.
-¿Bonito verdad?
Allison se había sentado en una roca cercana y miraba al infinito a través de aquellos cientos de árboles y montañas que se veían a lo lejos. Decidí sentarme a su lado. La vi abriendo su mochila y con cuidado sacó una funda. Dentro había una cámara. Le desenroscó la tapa y oí el pitido de encendido. Hizo varias fotos al paisaje antes de enfocarme a mí.
-Oh no. Fotos no.
-¿Por qué? Venga, déjame una.-Puso un puchero.  Formé un “no” con los labios y me concentré de nuevo en el panorama que tenía delante de mí. No me había fijado en que, entre un pequeño círculo de árboles se encontraba un pequeño lago, como el de nuestra casa. Parecía haber muchos por estas zonas.
“Click”
-Lo conseguí.-Se rió Allison.
-Borra eso.
-¿Perdona? Sales muy guapo, no pienso borrarla.
-¿Puedo mirarla al menos?-Giró la cámara y vi la foto. Se me veía perdido en mis pensamientos pero con una sonrisa débil en mi cara. El sol se reflejaba por un lado del ángulo y le daba a la foto un toque profesional. A Allison se le daba bastante bien aquello.
-No pienso borrarla digas lo que digas.
-Te iba a decir que la dejaras. Está muy bien pero…
-Pero.-Dijo confusa.
-Pero, falta por hacernos una foto a nosotros, ¿no crees?-Sus hoyuelos volvieron a aparecer. Puso el temporizador de la cámara y la dejó encima de la mochila que le sirvió de apoyo. Vino a mi lado y se sentó delante de mí. La rodeé con los brazos y ambos seguimos así segundos después de que la cámara hiciera la foto.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Promesas Incumplidas. Capítulo 4.

Capítulo 4.

Sentimientos. POV ALLISON.

-Creo que quieres que engorde abusivamente.-Aquella copa de helado extra grande que Xavier me había traído me estaba tentando.
-Allison, si te vas a correr todos los días. Cómetelo.
-Oblígame.-Le dije desafiante.
-Vale.-Se fue a levantar pero me metí la cucharada con helado en la boca.-Mucho mejor.
Lo estaba pasando genial con Xavier. Era todo lo contrario a Sam. Un chico abierto, sensible, cariñoso, dulce, espontáneo, divertido…y podría seguir poniéndole adjetivos de ese tipo. Habíamos ido a un pequeño parque cerca del centro comercial a tomar unos helados. Ambos nos mecíamos lentamente en los columpios de aquel solitario paraje. A cada movimiento, los engranajes crujían y chirriaban de una manera atrayente e hipnotizante.
A cada bocado que le daba a mi helado, más pesada me sentía pero, no en el sentido del peso, sino que sabía que Sam estaría furioso conmigo. Tenía que hablar con él, dejarle, era lo mejor. Ya no le quería, y ¿para qué estar con una persona si ya no la quieres? Mi corazón había aprendido la lección pero,  a la vez lo sentía joven, con ganas de enamorarse de nuevo, como si una persona ya ocupara su prioridad número uno.
Miré a Xavier, me estaba mirando con sus ojos marrones y aquella sonrisa tan atrevida. Me mordí el labio, siempre lo hacía cuando me ponía nerviosa.
“Tengo que hablar con Lucy” Me dije a mí misma. Lucy era mi mejor amiga desde hace 4 años. Era rubia, ojos verdes, algunas pecas le cubrían las mejillas y llevaba aparatos desde hacía 1 año y medio. Para mí eso no era ningún problema pero para ella sí. Se decepcionó mucho cuando tuvieron que ponérselos porque tiene serios problemas consigo misma. Se trata muy mal y no reconoce ser una chica encantadora y preciosa. Piensa todo lo contrario, que es estúpida y horrible. Supongo que por eso somos amigas, cada una le decimos a la otra lo que la otra no termina de creerse. Es algo difícil de entender pero, para nosotras no lo es.
Cuando me volví a mirar a Xavier lo vi haciéndose el tonto en el columpio. Me levanté para moverle las cuerdas y asustarle pero él se intentó escapar y se acabó cayendo.
Ayudé a levantarlo pero me agarró del brazo y me tiró a su lado.
-Encima que te quería ayudar.
-Perdona que no te agradezca que fueras tú la que has generado mi caída princesa.-Me dijo de broma.
-Jo. Pues ala, ahora me enfado y no respiro.-Me crucé de brazos allí tirada en el suelo y aguanté la respiración. Xavier me miró entre sorprendido y apunto de reírse. Sus ojos me miraban divertidos juzgando cuánto podía aguantar así. Creo que me vio un poco roja ya que se acercó y me empezó a hacer cosquillas. Eché todo el aire de golpe y me reí a carcajadas. Pataleé y me revolqué pero sus manos no paraban de provocarme que llorara y riera a la vez.
-Dios, para Xavier, que me muero.-Le dije cuando noté que me faltaba el aire. Sus manos se alejaron un poco y por fin, pude respirar hondo e incorporarme.
-Tienes que practicar más, ¿eh? Creía que morías aquí.
-Oh, discúlpame, la próxima vez, moriré intentándolo.-Se levantó y me tendió la mano.
-Créeme que te mueras no es uno de mis mejores deseos.-De un tirón me levantó y volvió a sonreírme.
-Será mejor que me lleves a casa anda. Se ha hecho tarde. No creo que Sam esté esperándome allí con lo caballeroso que es.
-Vale, vamos.
Mientras caminábamos en silencio hacia su furgoneta, me dio un pequeño empujón y me sonrió. Si creía que se iba a librar, lo llevaba claro. Le propiné otro a él y salió disparado hacia delante.
-Exagerado.-Bufé riéndome.
-Bruta.-Hizo una mueca.
*****
POV Xavier.
La radio emitía voces lejanas y confusas. Volví a mirarla. Estaba con la ventanilla bajada, por lo que su pelo se mecía con el viento. Vi que sonreía mientras miraba el inmenso bosque que nos rodeaba, como si ella supiera el secreto que ocultan sus entrañas.
Fijé mi vista en el camino. Ya estábamos a punto de llegar a casa y no me apetecía mucho. Había pasado un día increíble con Allison. Eso de escaparnos juntos y dejar plantado a su novio me ha gustado bastante. Ahora estaba dejando mi furgoneta justo donde horas antes había estado. Allison estaba encendiendo su móvil.
-Oh, mierda.
-¿Qué?-Pregunté curioso.
-15 llamadas perdidas de mi madre. ¡Dios!
Levanté la vista hacia su casa y vi que una cortina en el extremo de la casa se cerraba y al poco tiempo, se abría la puerta de la casa. Angélica salió disparada hacia nosotros. Allison bajó la ventanilla y dejó que su madre hablara, o más bien, gritara.
-¿Se puede saber dónde estabas? ¡Te he llamado como 20 veces! Me tenías preocupada.
-Lo siento mamá. Salí y apagué el móvil.
-Oh, claro, eso es una gran idea. Así tu madre no te puede controlar.-Sarcasmo captado.
-No es eso pero seguro que me decías que volviera por Sam.
-¡Lo has dejado plantado!-Dijo a voz en grito.
-¡Porque es un idiota!
-Sam es un chico fantástico pero, tú… me has decepcionado mucho.
¿De qué iba esa mujer? ¿Sam y fantástico en la misma frase? Error. Allison no podía decepcionar a nadie. Es una chica maravillosa. Me empecé a cabrear por más cosas que le decía a Allison mientras le echaba cumplidos a Sam.
-Oiga.-Fui a decirle un par de cosas pero entonces, la mano de Allison entrelazó la mía y me dio un apretón. Quedé absorto ante aquello y no pude prestar mucha más atención a lo que ambas se decían a apenas medio metro de mí.
-Allison, entra en casa. Tenemos que hablar largo y tendido.-Se cruzó de brazos e hizo un gesto para que bajara del coche. No se movió ni un pelo. Le devolví el apretón y solo después de aquello, bajó.
Minutos después me encontraba en mi cama. El techo era mi único pasatiempo en ese momento aunque, en realidad, mi mente estaba a 4 metros de allí, con Allison. No abandonaba mis pensamientos. Recordé su mano junto a la mía en mi furgoneta e instintivamente sonreí. Decidí dormirme. No tenía mucho que hacer. La ventana de ella llevaba cerrada desde que subí a mi habitación. Estaba cerrando los ojos, a punto de rendirme al sueño cuando, una pajarita de papel se coló por mi ventana con suaves movimientos. Ágilmente cayó justo al lado de mis viejas zapatillas. Salté de la cama y la cogí. Sus alas habían sido sutilmente dobladas. No comprendía cómo había llegado hasta mi cuarto, y como no le di más importancia, lo dejé sobre mi mesa de noche y volví a la cama. Lo observé durante un buen rato y, entonces, lo vi. Tenía un mensaje escrito. “Claro, idiota” Debía ser de Allison. La desdoblé y leí en voz alta aunque apenas me salió en un susurro:
-Te espero mañana a las 5 detrás del árbol caído cerca del camino. No me falles.

martes, 13 de septiembre de 2011

Promesas Incumplidas. Capítulo 3

Capítulo  3.

Sin rumbo. POV Xavier.

-¿Qué es eso?-Estaba completamente dormido. Apenas eran las 8:20 de la mañana y alguien me había despertado con su música a todo volumen. Intenté levantarme de la cama y me costó lo suyo. Reprimí un bostezo y me asomé a la ventana. Inevitablemente sonreí cuando vi lo que vi. Allison estaba moviéndose por toda su habitación como una loca cantando sus canciones. Llevaba una camiseta de mangas cortas y unos leggins, ¿iba a correr de nuevo?
-¡Eh! Beyoncé, baja la música un rato.-Le dije aguantando la risa.
Oí cómo el reproductor de música se paraba y se asomaba a la ventana mordiéndose el labio avergonzada.
-Te he despertado, ¿me equivoco? Ais, lo siento, es que cuando tu casa estaba vacía pues nadie se quejaba de mi música matutina pero claro, ahora que vives tú pues…-Hizo un gesto con las manos.-Perdona.
-No importa. Quería madrugar.
-¿Ah sí?-Dijo sin creérselo.
-Pues claro, el maratón de Embrujadas empieza a y media, ¿por quién me tomas?
Se echó a reír y pude ver unos perfectos hoyuelos en sus mejillas.
-¿A dónde ibas?
-Voy a correr un poco y así doy una vuelta.
-No deberías ir sola por ahí, ¿no crees? Hay mucho loco suelto.
-Tranquila mamá jajaja, voy a un sitio que nadie conoce.
-Razón de más.  ¿Qué sitio? ¿Es aquí cerca?
-Algún día te llevaré que te debo una.-Sonrió.
-Es verdad.
-Tengo que irme, hasta pronto.
Y antes de que pudiera decirle nada ya se había metido en su cuarto de nuevo. Volví a tumbarme en mi cama y perdí la noción del tiempo.
****
El pitido de un coche volvió a perturbar mis sueños.
-¿Las doce y media? Madre mía.-Me puse unos vaqueros corriendo y una camiseta y bajé al salón saltando de dos en dos los escalones de la escalera.
Vi a mi madre en la cocina preparando ya el almuerzo. Me acerqué a ella  y le di un beso en la mejilla.
-Buenos días mamá.
-Buenos días Xav. No vuelvas a levantarte tan tarde, tu padre ha tenido que ir a comprar unas cosas, volverá luego.
-Vale.-Dije metiéndome una rebanada de pan en la boca.
Salí al porche, hoy no hacía un mal día. El sol estaba en su posición más alta, tan lejano e inalcanzable como siempre.  Después de tomarme mi desayuno exprés decidí coger mi antiguo cuaderno de dibujo. Sí, habéis oído bien. Dibujo desde los 6 años. Era una de mis pocas pasiones. Hacía años que no pintaba nada. Todo fue a causa de una de mis primeras novias. La muy agradecida, le enseñó a todo el instituto cuando la dejé uno de mis cuadernos y ese curso fue el peor de mi vida. Me hacían bromas a todas horas, nadie me hablaba, en fin… como en todos los institutos o eres alguien, o puedes irte yendo por donde viniste.
Siempre me parecieron demasiado surrealistas todas estas pirámides sociales dentro de los institutos. Estaba tan harto de las típicas animadoras que eran las reinas del instituto y que disfrutaban viendo sufrir a los demás. Hacían que se arrastraran, por dios, si vi a una chica cortarse el pelo casi al cero porque ellas se lo dijeron.
Dejé de recordar malos momentos y saqué mi lápiz de la suerte, así llamé al primer lápiz que me regalaron junto a mi cuaderno cuando pequeño, no era un nombre nada original pero, me traía buenos recuerdos.
Dibujé varios trazos por el centro de la hoja. Mi lápiz y mi mano trabajaban sin perder el ritmo. En estos momentos desconectaba. Me gustaba imaginar qué pasaba en cada imagen que dibujaba, me ayudaba a distraerme cuando era pequeño. Sin darme cuenta, llevaba horas dibujando. Mi estómago rugía. Entré en casa para tomar algo. Mi madre dormía en el sofá y escuché balbucear a mi padre en el piso de arriba. Abrí la nevera y me hice un improvisado bocadillo. Cogí una Coca-Cola y volví a la parte de atrás de mi furgoneta. Dejé la botella en un extremo de la furgoneta y un rayo de sol se reflejó en ella. La imagen me llamó la atención. Era muy original para ser dibujada. Mi lápiz no tardó de aparecer en mi mano y apenas en unos trazos estaba hecho.
-Qué bonito.-Una voz cerca de mi oreja me sobresaltó. Cerré el cuaderno y miré quién me había interrumpido.
Sus ojos azules me miraron curiosos. Intentó ver lo que había guardado pero arrastré el cuaderno hasta el otro extremo.
-Hey. No te había oído.
-Soy sigilosa, ¿verdad?-Se apoyó en la parte de atrás de la furgoneta y se subió haciendo bastante ruido.
-Sí, súper sigilosa.-Dije sarcástico.
-¿Qué hacías? Lo he visto, ¿por qué lo escondes?
-No es nada.
-Pues era bueno. No sabía que te gustaba dibujar.
Suspiré. Sabía que no iba a parar hasta que se lo enseñara así que, ya no había más remedio. Abrí el cuaderno y se lo pasé. Pasó las páginas después de mirarlas varias veces. Observé su cara, parecían gustarle.
-¿Y bien?
-Me encantan. Xavier deberías presentar esto a algún concurso o algo. Ganarías seguro.-Me dijo sonriente.
-No creo, no son para tanto. Bueno, debería ir lavando este cacharro.
-¿Quieres que te ayude? No tengo nada que hacer esta tarde.
-Como quieras, solo no te traigas ropa a la que le tengas aprecio, aviso.-Nos reímos.
-Te veo luego.-Bajó de la furgoneta con mucha agilidad y entró en su casa.
Saqué la furgoneta y cogí la manguera que había en un lado de la casa. Dejé mi camiseta en el porche y con una bayeta empecé a limpiar uno de los lados que estaba cubierto de barro. Dejé la manguera cerca, tenía planeado hacer algo con ella. Me agaché para quitar algunas manchas que había cerca de las ruedas y Allison apareció por el otro lado agachada.
-Hey, ¿no me esperas?
-Claro que sí, te he guardado una cosa.-Le dije cogiendo la manguera.
-¿El qué?-Abrí el grifo y la empapé con la manguera. Abrió la boca y creí que me iba a maldecir hasta en otras lenguas pero lo que hizo fue reírse. La vi acercarse y volví a mojarla pero no le importó y siguió hasta que me alcanzó.
-¡Dame un abrazo pequeño!-Y me abrazó mojándome también.
Después de divertirnos un rato, por fin nos pusimos a limpiar mi furgoneta. Acabamos llenos de barro de los pies a la cabeza. Me sequé el sudor de la frente y me tumbé apoyando mi espalda en mi casa.
-Me lo he pasado genial.-Allison se sentó a mi lado. Tenía una pequeña mancha de barro en la nariz.
-Espera, tienes un poco de…-Extendí la mano y le limpié la mancha.
Ambos nos quedamos un rato mirándonos, sin saber qué decir y entonces, sonó su teléfono móvil. Se levantó para cogerlo.
-¿Sí? Oye, Sam, no creo que sea buena idea, ¿vale?-Hubo silencio.-¡Pues me da igual! Yo… ¿Sam? ¿Sam? ¡Joder!
-¿Va todo bien?
-No, Sam va a venir. No quiero verle. Pues finge que no estás.
-Ya… mi madre seguro que le dice que estoy en mi habitación. Se lleva bien con él.
-Pues escápese conmigo princesa.-Le dije tendiéndole la mano.
-¿A dónde me llevará caballero?
-Algo surgirá.-Y ambos nos montamos en mi furgoneta sin rumbo alguno pero, no me importa ese detalle con ella allí.