Promesas Incumplidas. Capítulo 2

Capítulo 2.

Te debo una.   POV Xavier.

-Pásame la llave inglesa hijo.

Llevábamos dos horas trabajando sin parar. Acababan de hacerle el primer encargo a mi padre así que se estaba tomando muy en serio todo lo que hacía. El calor que hacía hoy era algo sofocante. Decidí quitarme la camiseta para poder seguir.

-Xav, puedes tomarte un descanso si quieres. Yo continúo.-Me dijo mi padre sin despegar los ojos de su trabajo.

-Está bien pero, cinco minutos.-Le ofrecí.

Me senté en el porche. En la sombra se estaba realmente bien. Mi madre me trajo un vaso de agua que vacié en apenas un sorbo. Estaba sediento. Un coche negro apareció de pronto en frente de mí. Aparcó justo delante de la casa de aquella chica, Allison.

La puerta de la casa se abrió y Allison salió de ella. Llevaba unos pantalones cortos vaqueros con una camiseta que le dejaba al descubierto su hombro derecho. En las manos llevaba unas llaves, supuse que de su casa y unas  gafas de sol que se colocó en el pelo. Del coche apareció un chico alto, de hombros cuadrados y con pinta de ser jugador de algún equipo de la zona. Cogió a Allison de la cintura y la besó fuertemente. 

-Sam, mi madre está en casa.

-No pasa nada nena, no se va a asustar. –Allison miró en mi dirección aunque parecía que sus ojos me atravesaron. No parecía muy animada de salir con su chico.

Una vez el coche se había ido decidí volver al trabajo. No sé por qué debería importarme que tenga novio. Solo es una chica. “Una chica realmente guapa con una sonrisa increíble” ¿Cómo había pensado eso? Necesitaba quitármela de la cabeza, estaba ocupada. Fin de la historia.

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POV Allison.

Miraba la carretera ausente. Sam llevaba todo el rato contándome su partido de Lacrosse. No podía interesarme menos. En todas nuestras citas hacía lo mismo. Él hablaba y yo escuchaba. Estaba un poco harta.

Una niña pequeña jugaba con un perrito pequeño blanco que estaba en la puerta de la cafetería. El pequeño animal salió corriendo y ella intentó seguirlo pero tropezó y cayó. Empezó a llorar y no me lo pensé dos veces hasta ir a donde estaba, dejando a Sam con la palabra en la boca. Me arrodillé a su lado y vi que no le había pasado nada. Solo tenía una rodilla un poquito raspada.

-Tranquila pequeña, no pasa nada. Tienes que ponerte en pie y no llorar. Si no que clase de niña mayor vas a ser, ¿eh?-Le sonreí mientras la ponía en pie. Se secó con su mano las lágrimas que tenía por las mejillas y me abrazó. –Anda ve.

La vi marcharse como si nada hubiera pasado mientras cruzaba el paso de peatones. Me fije que el chico de una furgoneta me estaba mirando. “Le conozco” Se llamaba Xavier. Mi vecino nuevo. Pareció que me estaba sonriendo y aparté la mirada avergonzada.

Oí las campanas de la puerta de la cafetería que anunciaban cuando entraba o salía alguien. Sam me agarró del brazo y me levantó. No parecía muy contento.

-Que sea la última vez que me dejas hablando solo por ayudar a una mocosa, ¿me oyes?-Seguía sujetándome fuertemente del brazo.

-Me estás haciendo daño.-Me limité a decir. Soltó mi brazo y vi que tenía una marca roja donde me había agarrado.

-Me voy, me han llamado unos amigos para quedar. Ya te veré cuando no hagas más idioteces de las tuyas.

-Espera, tienes que llevarme a casa.-Le dije parándole.

-Búscate una forma de llegar alma caritativa.-Dijo seco y se marchó con un gesto de la mano en forma de despedida.

Me quedé allí de pie con una mezcla entre sorpresa y enfado. “Menudo imbécil”. Ahora, ¿cómo iba a volver a casa? Me senté en un banco que había fuera y me llevé las manos a la cabeza. Entonces, alguien se puso a mi lado. Antes de verle la cara, vi que llevaba en las manos una bolsa de “Herny. Herramientas y otros utensilios.” ¿A quién se le ocurriría un nombre así para su tienda? Levanté la cabeza y le vi a él.

-Soy Xavier, no sé si, te acuerdas de mí.-Dijo dubitativo.

-Claro, el nuevo vecino. –Pasó un rato incómodo en el cual ninguno habló.

-He visto como ayudabas a aquella niña. Has quedado muy bien.

-Gracias.-Le sonreí.

-Pero me has quitado mi oportunidad de quedar bien, ya no podré impresionarte.-Dije con tono irónico.-No pude evitar reírme de su comentario. Era muy simpático.-¿Por qué estás sola? ¿Y tu novio?

Me sorprendió que supiera de la existencia de Sam pero, luego recordé que esta mañana nos vio desde su porche.- Se ha largado.

-¿Y te ha dejado aquí sola?-Asentí.-Menudo imbécil.-“Justo lo que yo pensaba”.

-Lo peor es que no sé cómo voy a volver a casa.

-Yo te llevo.-Le miré algo sorprendida por su ofrecimiento.

-¿No te importa?

-Vamos al mismo sitio. No es molestia. Además, no te puedo dejar aquí plantada. Venga, vamos.

Me acompañó hasta su furgoneta. Se veía un poco “gastada” pero me gustaba mucho más que el coche de Sam. Olía a lavanda. Entonces vi que llevaba un ambientador con forma de pino colgado del espejo.

Después de un rato conduciendo, Xavier puso la radio. Sonaba “I’m Not Over” de Carolina Liar.

-Me encanta esta canción-Dijimos a la vez y empezamos a reírnos por lo que habíamos dicho.

-What a waste of time, the thought crossed my mind
But I never missed a beat.-Canturreó Xavier.

-Can't explain the who or what I was
Trying to believe-Seguí cantando.

Ambos nos miramos esperando la hora del estribillo y cantamos juntos con todas nuestras fuerzas.

-I'm not over!
I'm not over you just yet
Cannot hide it
You're not that easy to forget
I'm not over!

Entre canción y canción ya habíamos llegado a casa. Bajamos de la camioneta. Xavier me dijo que esperara un segundo. Lo vi acercarse a su padre para darle la bolsa que había visto antes y luego volvió donde estaba.

-Gracias por traerme. La verdad que me lo he pasado genial.-Me reí un poco recordándonos cantando.

-Un placer.

-Te debo una.-Le dije guiñándole un ojo.

-Lo apuntaré.